Ellis nos da su propia visión particular sobre una  invasión extraterrestre como alegoría, desafiando  los horrores que la humanidad está dispuesta a aceptar como elementos comunes.  En el comic  ya se  produjo  una invasión extraterrestre. Diez años antes, uno grandes obeliscos negros aparecieron por todo el mundo, destruyendo las principales ciudades y causando estragos en todo el mundo. Y luego ... nada. El mundo se volvió loco después de los obeliscos aparecieron,  la gente aprendió a aceptarlos llamándolos "Trees"

A través de cuatro historias diferentes que abarcan el planeta,  se explora cómo la gente ha luchado  y  se  ha adaptado a los árboles. 

En Río de Janeiro, un estado policial gobierna a los criminales en las favelas construidas alrededor de los árboles con perros de ataque y aviones robóticos. 

En Nueva York, un candidato a la alcaldía joven y enojado  ve  las ruinas de Manhattan, que  se convirtió en una ciudad de  canales por culpa de los árboles. 

En la China comunista, Chinglei un joven artista de un pequeño pueblo viaja a Shu, una ciudad construida alrededor de los árboles y  del resto del mundo. 

Y en el ártico de Noruega, un equipo de investigadores que estudian los árboles descubren algo desconcertante.

Jason Howard es el artista encargado de traer esta realidad al mundo de las viñetas. A pesar de que emplea un estilo mucho más limpio  que en su Astounding Wolfman, con un, sombreado, influenciado  por el Manga  que desarrolló en  Scatterlands,  un cómic digital también escrito por Ellis.  Howard logra llenar las páginas con detalle, mientras que mantiene la acción, utilizando líneas mínimas para evocar ambientes visualmente atractivos.

 Por lo visto  es un comic para seguirle los pasos